ACTO DE CIERRE
• A las 21, en el Espacio Incaa de la sala Orestes Caviglia (San Martín 251)
La mirada femenina es el principal rasgo distintivo de la 14° edición del Festival Tucumán Cine “Gerardo Vallejo”, que culminará hoy. Según coincidieron los miembros del jurado, Catalina Dlugi, Graciela Mazza, Fito Pochat y Guillermo Monti, muchas de las películas en competencia enfocan la cuestión de género, en alguna medida. “En la temática, si no tiene una mirada de mujer, hay algún planteo en torno de la sexualidad. Hay muchas directoras (siete en total) compitiendo”, le dijo a LA GACETA Mazza, que es productora. Por su parte, la periodista Dlugi mencionó que otro tema frecuente es el relacionado con el origen y el cuestionamiento al pasado familiar.
Además, los especialistas destacaron el muy buen nivel de los 19 filmes seleccionados para las dos categorías del certamen, la latinoamericana y la argentina. “No hay ninguna película que me haya hecho preguntarme ‘¿qué hace esto acá?’ -señaló Dlugi-. Eso sí me pasó en el Festival de Mar del Plata”. “Me parece que el criterio de los preseleccionadores fue muy atinado”, opinó Monti.
Por su parte, Pochat destacó que en algunos documentales la cámara parece invisible porque los protagonistas son filmados en interacciones o diálogos de gran intimidad. “Se nota mucho trabajo previo de integrarse al contexto y empatizar con los personajes”, observó.
Una interesante fusión del lenguaje documental con la ficción es otra de las virtudes que detectó Dlugi en algunos filmes. Pochat coincidió en que ambos géneros conviven muy bien en el relato, “pero no en la financiación”, acotó, a modo de crítica al criterio del Incaa, que asigna mucho menos dinero a las producciones documentales. “Antes se consideraba que la ficción era un género superior al documental y que éste no era más que un paso previo a lo ficcional -indicó el director-. A los que hacemos documentales nos preguntan cuándo vamos a hacer ficción... Pero no a la inversa”.
Mazza confesó que a ella le cuesta mucho aceptar esa fusión, así que se preparaba para una intensa discusión con sus compañeros. “Puede haber sangre”, bromeó Dlugi. “Al menos en estos documentales que vi, a la ficción cuesta identificarla como tal, porque se asemeja mucho a lo documental”, agregó Mazza.
Presencia tucumana
Los expertos coincidieron en que otra de las virtudes del festival es el sello tucumano, por la presencia de dos películas de esta provincia (“Bazán Frías, elogio del crimen”, de Lucas García y Juan Mascaró y “La hermandad”, de Martín Falci) y de una directora tucumana que vive y trabaja en Buenos Aires (Peri Azar, quien presentó “Gran orquesta”); además, hay otra de un director porteño radicado en Tucumán (Juan Pablo Di Bitonto, con “Magalí”). A la vez, lamentaron que no exista en el país más apoyo para la exhibición de cine provincial y nacional, dado que los “tanques” comerciales ocupan todas las salas, sin que se haga cumplir la ley de pantalla. “Una estrategia que podrían adoptar los Espacios Incaa -propuso Monti- es la de programar ‘tanques’ argentinos para traccionar la asistencia de público a las proyecciones de otros títulos menos comerciales”.
Con respecto a los proyectos que tienen en marcha los cineastas del jurado, Mazza y Pochat, la primera comentó que está rodando el documental “Se va a acabar”, sobre la resistencia obrera en la dictadura, y ganó en el Incaa financiación para otros dos. Uno de ellos es protagonizado por Victoria Carreras, que contará la historia de las mujeres de su familia. “Vicky acaba de hacer ‘Merello por Carreras’ -mencionó la productora-; ahora hará ‘Hijas de la comedia’ y la próxima será la historia de su papá (Enrique)”. Mazza acaba de estrenar en el Bafici “Cartas iluminadas”, sobre las películas que hizo Manuel Antín con Julio Cortázar.
Por su parte, Pochat está a punto de estrenar, como productor, la ficción “Enterrados”, protagonizado por Joaquín Furriel. “Se filmó en Asturias, de donde es el director. Es sobre un grupo de mineros que quedan atrapados en una mina que se derrumba”, explicó. Pronto emprenderá viaje a China para rodar un documental sobre el matriarcado de las mosuo, una comunidad de 40.000 habitantes donde las mujeres son las dueñas y jefas del hogar. También filmará una coproducción con Noruega, titulada “El arponero”.
Otro de los títulos que Pochat está por estrenar es “Que viva cien años”, un documental sobre la longevidad que dirigió Víctor Cruz. “Filmamos en Costa Rica, en la isla de Cerdeña y en Japón -comentó-. Son como cuentos de gente muy longeva, experiencias maravillosas. Por ejemplo, en Japón hay una banda de música pop que pone como condición, para integrarse a ella, tener más de 80 años. Y en Costa Rica hay dos hombres de 90 y 92 años que van en bicicleta a visitar a su mamá, que tiene 106”.